domingo, 14 de octubre de 2007

SOLEMNIDAD EN CARMONA

El magnífico Nazareno de Francisco de Ocampo, cumplió sus 450 años siendo el Señor de Carmona (Desde 1607) y siendo la 1º filial de la Hermandad del Silencio de Sevilla. Y como no podía ser menos, se celebraron una serie de actos a la altura de una gran Hermandad. La Procesión extraordinaria, que recorrió varias calles del bello pueblo de la provincia. Mucha gente en las calles, para un día de fiesta en la localidad. Sobre el paso de caoba y plata, exhornado con una variedad de flores, Ntro. Padre Jesús (como es conocido en Carmona) acompañado por la Cruz de Carey y el cirineo (ambos de talla completa) era llevado por los costaleros al son de marchas clásicas como Amargura, Procesión de Semana Santa en Sevilla, Cristo en la Alcazaba, Corpus Christi, la Música del Silencio...todas ellas magnificamente interpretadas por la Banda del Maestro Tejera. Destacar el paso por el Ayuntamiento, donde le impusieron la Medalla de la Ciudad y el rezo de la Salve ante la Patrona de Carmona, la Virgen de Gracia.
Felicidades a la Hermandad por la efemérides celebrada y a toda la Ciudad de Carmona por la salida extraordinaria y los cultos llevados a cabo con gran solemnidad y como deben hacerse.

domingo, 7 de octubre de 2007

PROCESIONES DE AYER


Ayer procesionaron en Sevilla la "Divina Enfermera" y la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma.


-La Divina Enfermera procesionó desde S.Martín, con un cortejo muy cuidado como siempre, el paso muy bien exhornado compuesto de gladiolos y claveles blancos. Destacar el bello manto verde que llevaba la Virgen, que estrenó en 1999 en un Rosario de la Aurora y la gran asistencia de público durante todo el recorrido.
En el aspecto musical, buen repertorio, alegre, adecuado para una procesión de Gloria, aunque la Filarmónica de Pilas no estuviera al nivel adecuado que exigía la ocasión, esperemos que esta banda vuelva a ser lo que era, porque últimamente ha bajado mucho el nivel. Destacar también el acompañamiento musical de la Cruz de Guía, con la Banda de las Tres Caídas a un buen nivel.
-La Virgen de la Cabeza procesionó desde S.Juan de la Palma a los sones de su himno. La réplica de la Moreneta de Jaén llevaba representaciones de otras filiales. Como curiosidad, representantes de la Hermandad Matriz de Ándujar, portaban gigantescas banderas a pulso, moviendo ambas de una forma acompasada , denominado "convite de las banderas". En el aspecto musical, la Banda de la Cruz Roja estuvo a un nivel correcto, alternando marchas de ran calidad como Cristo de la VeraCruz de Borrego, con otras de calidad dudosa como Caridad del Guadalquivir.
PD: Desde aquí, darle las gracias a MP7 del Correo de Andalucía, por escoger este blogger para que aparezca en dicha gran revista.
Enhorabuena por deleitarnos a los Cofrades con los reportajes tan interesantes que vienen cada mes. Un saludo
Fotos: Carlos Barquin

SEVILLA EN LOS LABIOS "Gran Poder"

Autor del Texto
Joaquín Romero Murube./


No todas las cofradías logran mantener a lo largo de la peregrinación igual severidad y cumplimiento en el ejercicio de la penitencia. Pero si las hay duras y cumplidoras del acerbo rito, la del Gran Poder llega a la exaltación de la virtud, a la más alta tónica penitenciaria en todos los cofrades acompañantes penitentes de Jesús en el trance de su supremo poder.
Un solo compás mueve el ritmo de los cofrades del Gran Poder al salir de su capilla, y un solo compás mueve a los cofrades del Gran Poder al entrar. ¡Ah! Pero hay una variante radical en ambos espectáculos. Si la Semana Santa de Sevilla es un espectáculo único en el mundo, no es sólo por la riqueza y el arte peregrino de su imaginería, sino también porque parece que la ciudad esté hecha, suscintamente, para este desfile de Dios por la calle. El balcón bajo, la calle estrecha, la pared de cal y la maceta en el pretil de la azotea, es el oratorio, ante el cielo, el muro de plata, el alto florero bajo la luz del sol, nacidos de una arquitectura propia en una ciudad que, como ninguna otra, sabe tener sus calles, sus casas y sus plazas con esa armonía y recogimientos dignos del paso de un Dios, dignos del tránsito de una Virgen. Son muy distintas las luces del Gran Poder al salir de su iglesia, al filo de media madrugada, y al tornar a ella, cuando el alga del día más doloroso pone cárdenos brochazos en el oro indeciso que pronto sucumbirá entre nubes. El Gran Poder es magnífico en la negrura de la noche. Su efigie es tal vez la más gitana de Sevilla, la de tez más quemada por el sudor y la sangre reseca. Este rostro de dura agonía tiene un brillo siniestro en la madrugada. En sus gotas de sudor –Jesús no llora-, se quiebran las aristas de las luces y el bisel fino de las más remotas estrellas. Es el dolor negro de todos los pecados del mundo, en el negro horizonte de la noche de penitencia. Pero luego viene el alba. Es primero una franja morada, una franja de luz nazarena en todos los finales de las calles, en todos los trechos de cielo que se columbran al paso. Hace frío del amanecer. Se piensa que en la soledad de los campos habrá de reinar una sensación de expectación y de dolor igual a la que invade a la ciudad. El Gran Poder llega a su puerta. Ha desaparecido ese público de un valor mitológico que, como un monstruo, macizó de espanto y silencio el momento terrible de la salida; ahora son caras mañaneras, humildes: mozas de velo y ancianas de peina baja y velito de ternura; niños, ancianos.
Ahora no hay silencio en la plaza; hay un rumor maravilloso, un canto suave que hermana con el ruido de las hojas de los árboles. Es la madre que reza, es la mujer que reza, es el niño que reza.